Admira las secciones que se conservan de la muralla exterior, que muestran la destreza arquitectónica romana con sus entradas arqueadas y columnas de estilos dórico, jónico y corintio.
Explora el Coliseo, el emblemático anfiteatro de Roma que antaño fue escenario de luchas de gladiadores, cacerías de animales salvajes y elaboradas batallas navales. Testimonio de la destreza de la ingeniería romana, este imponente edificio sigue...
DURACIÓN RECOMENDADA
3 hours
Horarios
8:30–16:30
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5
TIEMPO DE ESPERA PREVISTO - ESTÁNDAR
1-2 hours (horas punta), 30-60 mins (fuera de horas punta)
TIEMPO DE ESPERA PREVISTO - ACCESO SIN COLAS
30-60 mins (horas punta), 0-30 mins (fuera de horas punta)
AÑO DE INSCRIPCIÓN A LA UNESCO
1980
¿Lo sabías?
El Coliseo tuvo una vez un techo retráctil llamado "velarium", hecho de lino y controlado por marineros.
Los túneles subterráneos del Coliseo, conocidos como "hipogeos", contenían jaulas para gladiadores y animales.
El emperador Vespasiano financió la construcción del Coliseo con el botín del templo judío de Jerusalén.
Admira las secciones que se conservan de la muralla exterior, que muestran la destreza arquitectónica romana con sus entradas arqueadas y columnas de estilos dórico, jónico y corintio.
El Coliseo, también conocido como Anfiteatro Flavio, fue construido por los emperadores de la dinastía Flavia. Comenzó a construirse bajo el emperador Vespasiano en torno al año 70-72 d.C. y fue terminado en el 80 d.C. por su hijo, el emperador Tito.
Domiciano, hermano y sucesor de Tito, introdujo nuevas modificaciones. Estos tres emperadores, Vespasiano, Tito y Domiciano, gobernaron desde el año 69 d.C. hasta el 96 d.C., y sus esfuerzos colectivos contribuyeron a la creación del Coliseo, que sigue siendo uno de los símbolos más emblemáticos de la ingeniería y la destreza arquitectónica de la Antigua Roma. El Coliseo se financió con el botín y las riquezas adquiridas en la conquista romana de Jerusalén durante la Primera Guerra Judeo-Romana (66-73 d.C.).
Su forma elíptica, de 189 por 156 metros y 48 metros de altura, se diseñó para optimizar la gestión de multitudes y la visibilidad de 50 000 a 70 000 espectadores en cuatro niveles, reflejando la jerarquía social de Roma.
Bajo el suelo de madera de la arena se encuentra el hipogeo, una compleja red de túneles para gladiadores y animales, que permite entradas espectaculares. Esta innovación, combinada con el uso de travertino, toba y hormigón, y adornada con columnas dóricas, jónicas y corintias, demuestra la destreza de la ingeniería romana.
El diseño del Coliseo, que incluye montacargas y un toldo retráctil (velarium) para dar sombra, personifica la innovación arquitectónica de la antigua Roma, que ha perdurado a lo largo de los siglos gracias a las continuas restauraciones.
Arquitectura del ColiseoEl Coliseo de Roma ha tenido múltiples usos a lo largo de su larga historia, reflejando los cambios de época y las necesidades de la sociedad.
Originalmente, el Coliseo era una gran arena para espectáculos públicos. Era el epicentro de las luchas de gladiadores, que se enfrentaban entre sí o a las fieras. Además de estos sangrientos combates, albergaba simulacros de batallas navales (naumachiae), recreaciones de victorias famosas, representaciones basadas en la mitología y ejecuciones públicas. Estos eventos formaban parte de la cultura romana, ya que proporcionaban entretenimiento, exhibían el poder imperial y reforzaban las jerarquías sociales.
En la Edad Media, el Coliseo sufrió importantes transformaciones. Sirvió para fines religiosos, incluido su uso como iglesia, y se convirtió en fortaleza de poderosas familias romanas como los Frangipane y los Annibaldi. Este periodo estuvo marcado por el abandono, agravado por los desastres naturales y los saqueos, que provocaron su deterioro gradual.
El siglo XIX marcó el comienzo de los esfuerzos por conservar el Coliseo, iniciados por el Papa Pío VIII. Sin embargo, no fue hasta 1990 cuando se pusieron en marcha proyectos integrales de restauración para reparar y conservar este emblemático monumento. En la actualidad, el Coliseo es un testimonio de la ingeniería romana y un símbolo del rico patrimonio histórico de Italia, que atrae a millones de visitantes de todo el mundo.
Las imponentes ruinas se han convertido en un tema popular en la literatura y el arte, así como en el cine y la televisión, a menudo representadas como símbolo de poder y gloria.
El Coliseo albergaba una gran variedad de especies vegetales, muchas de las cuales no eran autóctonas de Roma. El botánico del siglo XIX Richard Deakin, fascinado por la flora del Coliseo, observó que estas plantas actuaban como "un eslabón en la memoria", floreciendo triunfalmente entre las ruinas. Los habitantes verdes del Coliseo incluían desde especies muy conocidas en Italia, como acebos, alcaparras, artemisas y cardos, hasta otras exclusivas de sus antiguas piedras y que no se encuentran en ningún otro lugar de Europa. Esta diversidad botánica ha sido celebrada en la literatura, con Charles Dickens describiendo vívidamente la vida vegetal del Coliseo en su libro "Imágenes de Italia".
En la actualidad, el Coliseo alberga 243 especies vegetales distintas, que siguen siendo un testimonio vivo de la intersección entre la belleza natural y la decadencia histórica.
El emperador Vespasiano construyó el Coliseo como gran anfiteatro para espectáculos públicos, como competiciones de gladiadores, cacerías de animales y simulacros de batallas navales. Fue un regalo de los emperadores Flavios a los ciudadanos romanos, que simbolizaba la riqueza, el poder y la destreza en ingeniería del imperio, al tiempo que servía como herramienta de propaganda política.
El Coliseo era una maravilla de la ingeniería antigua, con un complejo sistema de bóvedas y arcos que le permitían soportar el peso de la enorme estructura. Su diseño elíptico y su sofisticado sistema de entradas y salidas (vomitoria), que permitían a grandes multitudes entrar y salir de forma eficiente, fueron revolucionarios para su época. El uso del hormigón y la piedra permitió al Coliseo alcanzar su emblemática durabilidad y escala.
Se calcula que unas 400 000 personas murieron en el Coliseo a lo largo de su historia. Solo en sus primeros 100 días, 2000 gladiadores perdieron la vida aquí.
En los años que siguieron a la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 d.C., el Coliseo cayó en desuso y empezó a deteriorarse. A lo largo de los años, evolucionó para servir a diversos fines, como fortaleza, cantera y santuario cristiano. Hasta el siglo XIX no se iniciaron importantes trabajos de restauración.
Los principios de diseño del Coliseo, como la maximización de la visibilidad de los espectadores, la gestión eficaz de las multitudes y el uso de cubiertas retráctiles, han influido en el diseño de los estadios deportivos modernos de todo el mundo.
En el centro del Coliseo se encuentra la arena, un suelo de madera sobre el que se celebraban las batallas y los espectáculos. Bajo el suelo de madera se encuentra el Hipogeo, un lugar donde se alojaban las bestias y las máquinas. También se pueden ver los distintos pisos del Coliseo desde los que se puede contemplar la arena, incluido el Belvedere, en el último piso.
Aunque las armas y armaduras originales de los gladiadores desaparecieron hace tiempo, en el Museo del Coliseo, situado en la segunda planta, se exponen réplicas y hallazgos del lugar y de otros emplazamientos romanos, que ofrecen información sobre la vida de los gladiadores y el equipo que utilizaban.